Sábado, 22 de septiembre de 2012
Paleoantropologia: la edad de “ser humano”
Comportándonos como un moderno
Nuestro aspecto físico es el que nos caracteriza como humanos
modernos, es decir Homo sapiens, pero lo que realmente nos define es el
comportamiento, eso que llamamos comúnmente “seres humanos” y que nos
aleja del resto del reino animal. Podemos decir que nuestra fachada
apareció hace al menos unos 200 mil años, pero las evidencias más
antiguas de comportamiento moderno acaban de retroceder hasta 44 mil
años gracias a unas nuevas dataciones en el yacimiento Border Cave, en
Sudáfrica.
ALGUNOS
DE LOS ARTEFACTOS ENCONTRADOS EN BORDER CAVE Y SUS REVELADORAS MARCAS,
ASI COMO LA RESINA Y LOS INSTRUMENTOS PARA APLICAR Y ESCARBAR.
Por Martin Cagliani
El comportamiento humano es
difícil de identificar en el registro fósil, no sólo porque casi no deja
marcas, sino porque se trata de una versión acentuada de lo que podemos
encontrar entre nuestros parientes vivos más cercanos: los simios, como
los chimpancés o los bonobos. Son cosas como la fabricación y el uso de
herramientas, una infancia prolongada con largos períodos de
dependencia de los mayores y la complejidad social.
Ser o no ser moderno
Pero hay otros aspectos de esa conducta que son únicos de nuestra
especie, al menos en la actualidad. Por ejemplo, las herramientas
compuestas, es decir, no sólo tomar un palo para ayudarnos con una
tarea, o utilizar una piedra para abrir un huevo de cáscara gruesa, sino
el fabricar una punta de lanza, que requiere una construcción mental de
cómo será el objeto acabado para poder tallarlo, tal vez durante un par
de horas, y luego preparar un palo especial al cual irá adosado ese
objeto. Otros aspectos únicos del ser humano son el arte y el
simbolismo, los rituales elaborados y las creencias religiosas, más la
utilización de un lenguaje complejo que nos ayuda en todo lo anterior.
Si en la actualidad existe una gran brecha que nos separa del resto
de los animales justamente por esto llamado comportamiento humano, se
debe a que somos la última especie superviviente del género humano, pero
hace 40 mil años existían otras especies humanas con una conducta
similar, como los neandertales en Europa y los denisovanos en Asia.
Evidencias de este tipo de comportamiento se pueden ver en
yacimientos más antiguos, como la cueva Blombos, también en Sudáfrica,
con una antigüedad de al menos 70 mil años, y en una cueva cercana
conocida como Howiesons Poort. Pero al parecer no tuvieron influencia
más allá de su región.
DIEZ en conducta humana
Hasta hace unas décadas se pensaba que el comportamiento moderno
había aparecido en Africa junto con los más antiguos representantes de
nuestra especie, y que desde allí se había dispersado por el mundo,
reemplazando a todas las otras especies humanas. Se creía que esta
característica había permitido que los Homo sapiens conquistasen el
planeta, al ser superiores a las otras especies por tener justamente un
“comportamiento moderno”. Pero ahora se sabe que tanto los neandertales,
como las demás especies humanas contemporáneas, habían desarrollado un
comportamiento similar, que no diferían mucho del de los Homo sapiens
que se originaron en Africa.
La mayoría de los expertos está de acuerdo en que este
comportamiento apareció durante el intervalo que va desde fines del
Pleistoceno Medio a la mitad del Pleistoceno Superior, es decir, entre
100 mil y 50 mil años atrás. Cabe aclarar que hace 100 mil años los
humanos ocupaban vastos territorios en Africa, Europa y Asia. Así es que
no fue un único evento el que revolucionó a nuestra especie: se ve en
el registro arqueológico que la tecnología fue mejorando en las diversas
partes del mundo ocupada por los humanos. No sólo en los Homo sapiens
africanos se vio una mejora en la tecnología y en su adaptación al
medio, sino también en los otros humanos, como los neandertales y
denisovanos.
Dos nuevos estudios publicados en Proceedings of the National
Academy of Sciences muestran que lo que se conoce como la Edad de Piedra
Tardía de Africa, equivalente al Paleolítico Superior de Europa, es
decir, un comportamiento plenamente moderno, habría aparecido hace unos
44.000 años... o al menos ésa es la fecha más antigua que se tiene en la
actualidad. El yacimiento en cuestión es la Border Cave (o Cueva
Fronteriza), en las montañas Lebobo, de Sudáfrica, que fue ocupada de
forma casi ininterrumpida desde hace 200 mil años. En esa misma época se
comienza a ver en Europa evidencias de la llegada de los Homo sapiens a
un territorio hasta entonces tan sólo habitado por otra especie humana,
los neandertales.
Modas regionales
Lo interesante es observar la diferencia en la tecnología y cultura
entre ese comportamiento moderno africano y el que se ve en Europa para
la misma época. Esto permitiría suponer que no fueron los africanos
quienes lo esparcieron por el mundo, sino que se trató de una evolución
cultural en casi todos los grupos humanos de esa época. O que la
expansión de este tipo de comportamiento se dio antes. Pero, claro, no
por una población que fue migrando y desbancando a los habitantes de las
regiones a las que llegaban, sino que pudo deberse al avance, ese gran
salto tecnológico y cultural, que se fue esparciendo de una población
humana a otra.
En Border Cave se han descubierto ornamentos corporales hechos de
conchas y cuentas, bastones de madera para excavar, punzones y puntas de
flecha de hueso, y algo bastante llamativo: huesos con muescas, que
podrían indicar que aquellos humanos llevaban la cuenta de algo. También
utilizaban la cera de abeja, junto con resina, para crear una especie
de pegamento con el que adherían las herramientas a su mango.
Según publican los autores en uno de los estudios, estos resultados
apoyan la visión de que lo que percibimos hoy en día como comportamiento
humano es el resultado de trayectorias no lineales que se pueden
comprender mejor si se documentan en una escala regional, en vez de
querer aplicarlas al globo terráqueo completo, como si de una única
cultura humana se tratase. Es decir que nos volvimos “humanos” en
diferentes lugares al mismo tiempo, de un modo parecido al que las
ciudades y la escritura aparecieron también en diversas comunidades
humanas a la vez, sin que fuese una sola la creadora y la que la
llevaría a todo el resto de la humanidad.
mcagliani@gmail.com